La muerte de Diógenes

Ese Mario. De todo corazón agradezco su emperramiento con el cine, siempre haciendo lo suyo. No nos hemos visto mucho, últimamente, pero sé que se ha tomado muy en serio eso de hacer proyectos audiovisuales, en estos años; ahora está enviciado. Hay que depravarse por las películas.

Hablo de Mario Rosales, quién presentó hace muy poco su corto largo “La muerte de Diógenes”, basado en un cuento de Augusto Monterroso. Fílmicamente, una pieza muy resuelta, muy acabada. Advierto que en los realizadores recientes de Guatemala (Mario Rosales, Julio Hernández, Milanesa Films) hay un sentido del acabado, y rigor por lo presentable. Vamos, lo presentable no es siempre lo genial pero es un puñetero comienzo.

De “La muerte de Diógenes” diré que se extiende un poco demasiado, para mi gusto, con ese énfasis innecesario en lo local (esas calles, ese mercado, esa señora en ese mercado, ese libro de Cardoza) y que el desquiciamiento en plan Lynch que el director andaba buscando para uno de sus personajes (el padre) no fraguó bien. También diré, rápidamente, que me encantó la edición, la música, la actitud del filme, y la respiración afuera/adentro que va de lo urbano a lo íntimo y viceversa, a lo largo de la película. Para esta producción, se hizo rodear de gente fresca y asertiva, primerísimos requerimientos para este oficio, me parece.

Mario Rosales comenzó haciendo videoclips, y pequeños trabajos experimentales, y ese lo lleva aún dentro: la murmuración visual, el sentido biográficamente plástico en todos sus trabajos. Yo todavía lo puedo recordar en casa de Sergio Valdés y desde aquellos tiempos viene tras su carnada de celuloide o digital. Me alegré sobremanera cuando se fue a estudiar cine a Nueva York, y de hecho ha ganado un premio, importante, al parecer, allí. Estoy a la espera de nuevos trabajos suyos, más ambiciosos, más trascendentales. El nuevo cine de Guatemala promete acordes cada vez más taxativos y vistosos.


(Columna publicada el 28 septiembre de 2004.)

No hay comentarios:

Como periodista, trabaja actualmente para los diarios locales El Siglo XXI y El Periódico, en donde desde el 2002 escribe una columna semanal (Buscando a Syd), y donde también trabajó durante varios años en la sección cultural. Asimismo mantuvo columnas permanentes de opinión de cine y literatura en los diarios El Quetzalteco y La República, y ha colaborado en diversas revistas, fanzines y publicaciones del medio.
 
Creative Commons License
La Cueva by Maurice Echeverría is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 Guatemala License.