Dos películas


Kill Bill vol. 2. Quedó reseñada en este espacio Kill Bill, francamente no queda mucho que decir de la segunda parte. Uma Thurman nos sigue pareciendo todo menos memorable. Peleas muy bien diseñadas y más bien aburridas. Se advierte que hay aquí menos sangre, y en general menos cómic, que en la primera entrega. La revancha de la Novia baja en intensidad, lo cuál, dada la naturaleza de ambas películas, es tonto. Cuando Tarantino arrebujó el comeback de Travolta, en Pulp Fiction, nos quedamos más que satisfechos. Pero la inclusión de David Carradine haciendo de Bill no suma nada extraordinario (no hablo de su actuación, por demás buena, es sólo que el papel–de–restaurador–de–figuras–perdidas no le calza más a Tarantino). Referencias al cine kung fu constantes, rozando ya con el límite burdo de la idolatría. Luego de Pulp Fiction, nos fuimos corriendo a ver Jackie Brown, y nos decepcionó. Después corrimos, ingenuos todavía, a comparecer ante Kill Bill. Tarantino es como el niño malcriado que se quedó varado en su etapa… anal.

Ladykillers. Entre mis cineastas de cabecera hallamos, por supuesto, a los hermanos Coen. Son únicos. La gente dice: “Me gusta X, es un director único”. Y resulta que hay otros mil tipos como él. Pero en el caso de los hermanos Coen, el epíteto aplica: no hay otros que hagan el trabajo como ellos. Joel y Ethan Coen forman la mancuerna artística/genética más poderosa que se haya visto jamás. Por eso se habla del “director de dos cabezas”.

Ladykillers incluye a un Tom Hanks hilarante, que hace de cabecilla de un grupo hilarante de ladrones en busca del tesoro de un casino guardado por un policía al cuál por cierto todo le parece hilarante. El filme estará catalogado como comedia, pero más que una comedia, es un producto Coen: en el fondo de las risas subyace una gigante tragedia.

Si el lector no está familiarizado con el trabajo de los hermanos Coen, se le recomienda vivamente que busque los siguientes títulos: The Man Who Wasn´t There, O Brother, Where Art Thou?, The Big Lewoski, Fargo, The Hudsucker Proxy, Miller´s Crossing.


(Columna publicada el 19 de octubre de 2004.)

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Como periodista, trabaja actualmente para los diarios locales El Siglo XXI y El Periódico, en donde desde el 2002 escribe una columna semanal (Buscando a Syd), y donde también trabajó durante varios años en la sección cultural. Asimismo mantuvo columnas permanentes de opinión de cine y literatura en los diarios El Quetzalteco y La República, y ha colaborado en diversas revistas, fanzines y publicaciones del medio.
 
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