Stone (II)

JFK (1991) capitaliza la libertad expresiva adquirida en The Doors, pero esta vez para contar un proyecto ambicioso como ninguno: ¿quién mató a Kennedy? Podemos estar o no de acuerdo con lo allí se dice, pero no cabe duda de que Oliver Stone cuenta con una inmensa habilidad para hacer cine político, de política, sobre políticos.

Natural Born Killers (1994) es una película formalmente revolucionaria. Su prosa visual goza de recursos imprevisibles, virtuosos, desquiciantes, no tiene límites. Vargas Llosa se opuso a ella cuando fue jurado del Festival de Venecia, pero es preciso, es urgente desconfiar del criterio cinematográfico de Vargas Llosa. Una denuncia a los fetiches mediáticos producidos en EU de A, esta película revivió en los noventa esa vieja pasión americana (Capote, Mailer) por los homicidas seriales.

Nixon (1995) nos acerca a la figura de Richard Nixon, representado por Anthony Hopkins. Otro ensayo cinematográfico sobre el poder. Contar el ascenso de un hombre no es cosa fácil; contar su caída es delicadísimo. Shakespeare era un genio para ello. Se ha dicho con frecuencia que Nixon le debe mucho a Citizen Kane.

U Turn (1997). Me encantó en lo que tiene de tragedia, es decir, de tributo a la adversidad. Pero toda auténtica tragedia es una comedia, roza el lado cómico, caricaturesco, y absurdo de la existencia. Así es esta película. Sean Penn. Nick Nolte. Jennifer Lopez.

Any Given Sunday (1999) retrata el fenómeno galvanizado del fútbol americano.

De un tiempo hacia acá, Stone se ha venido interesando en la política pura, contada a través de la entrevista y el documental. Fidel Castro aparece en Comandante (2003). Un diálogo entre director y dictador. Una segunda entrega de este diálogo –el tema son los prisioneros disidentes, al parecer– en Looking for Fidel (2004).

Persona Non Grata (2003) nos presenta a un Stone periodista, situado en el núcleo del conflicto palestinoisraelí. Desfilan Arafat, Barak, Netanyahu, Peres…

Con Alexander (2004) Stone regresa a la ficción histórica. Otro retrato de un hombre poderoso, el más poderoso de todos: Alejandro Magno.

Stone (con todo y fisuras) es un punto irrenunciable de la cinematografía norteamericana actual.


(Columna publicada el 28 de diciembre de 2004.)

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Como periodista, trabaja actualmente para los diarios locales El Siglo XXI y El Periódico, en donde desde el 2002 escribe una columna semanal (Buscando a Syd), y donde también trabajó durante varios años en la sección cultural. Asimismo mantuvo columnas permanentes de opinión de cine y literatura en los diarios El Quetzalteco y La República, y ha colaborado en diversas revistas, fanzines y publicaciones del medio.
 
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