Ray

Esta desesperación de bolsillo, esta mi desesperación que llevo a todas partes... ¿Pero tengo razón alguna para quejarme tanto, realmente? Después de todo, no soy ciego y tampoco adicto a la heroína, como lo fuera en vida Ray Charles… Ya es algo… No nací en la pobreza más intraducible, durante la álgida segregación, no murió mi hermano frente a mí en una pila de agua hirviendo, y no trató nadie de aprovecharse de mi talento a causa de mi invidencia…

Jamie Foxx se acreditó el Oscar por personificar a Ray Charles en la cinta Ray, de Taylor Hackford, imprimiendo en su papel una carga impresionante de verosimilitud. La actuación de Fox será recordada siempre: un retrato apasionante y perfecto. Al espectador en ningún momento se le cruza por la cabeza que está viendo a un actor llamado Jamie Foxx representando a Ray Charles. El espectador se encuentra delante de Ray Charles y se acabó.

La película como tal no es ni fantástica ni gloriosa (tampoco lo contrario) o al menos no es tan penetrante como esa otra biografía, Bird, de Clint Eastwood (sobre ese otro músico negro y genial, Charlie Parker, que por cierto cumple cincuenta años de muerto en el 2005).

De unos años hacia acá, hemos presenciado un empoderamiento y una cristalización más que consciente de figuras de la cultura negra estadounidense a través del cine: el caso de Malcom X, del director Spike Lee, Ali, con Will Smith, ahora Ray. También hemos presenciado el ingreso formal de actores negros al mundo de la Academia (tuvimos que esperar el siglo XXI para que eso sucediera). Enhorabuena. Porque todos ellos y tantos más son fuentes inagotables de inspiración. El mundo vive actualmente la electricidad y el hechizo que los afroamericanos han extendido con su música y su poderosa identidad. En el caso de Ray Charles, estamos hablando de cinco décadas de éxito, contratos millonarios, la gloria y el reconocimiento, pero más allá de eso estamos hablando de la capacidad y talento de un hombre para transmutar la muerte en vida, con ritmo jazz/gospel y una sonrisa excepcional. Ese hombre no podía ver, pero ciertamente y a todas luces era un visionario.


(Columna publicada el 22 de marzo de 2005.)

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Como periodista, trabaja actualmente para los diarios locales El Siglo XXI y El Periódico, en donde desde el 2002 escribe una columna semanal (Buscando a Syd), y donde también trabajó durante varios años en la sección cultural. Asimismo mantuvo columnas permanentes de opinión de cine y literatura en los diarios El Quetzalteco y La República, y ha colaborado en diversas revistas, fanzines y publicaciones del medio.
 
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