La ética del pirata

Ya quedó reseñada en este espacio la película La Perla Negra, pero quizá es justo hablar un poco más de ella, o más bien de la actuación de Johnny Depp, su principal actor, y real contrincante en los venideros premios Oscar.

¿Qué se entiende cuándo se habla de un personaje de carne y hueso? Se entiende que es un personaje con potencias y ridiculeces, virtudes y demonio: un ser humano, en suma. Los mejores personajes del cine contribuyen a un estado de ambigüedad moral, de contradicción, de conflicto a toda costa, esto es: un estado dramático. Un ejemplo de este tipo de caracterización nos basta: Rick, nuestro buen y querido, indiferente y mercenario Rick, dueño de un célebre bar en un lugar apellidado Casablanca.

Depp introduce en su personaje Jack Sparrow una semilla de vitalidad ambivalente, y en realidad nunca se sabe de qué lado está Sparrow: negociando con éstos y con aquellos, pactando y despactando a conveniencia, leal y perspicaz a un mismo tiempo, sin mayores escrúpulos pero portador de una ética espontánea.

La ética del pirata Sparrow es parecida a la ética de un buen actor, que va hurgando tesoros y matices de dónde mejor le convenga, bien y mal. Porque un actor no está ni del lado del bien, ni de lado del mal, ni más allá del bien y del mal. El actor, para poder presentar su personaje como algo real, apasionante, real, deberá estar en ambos lados a la vez.

Johnny Depp es un buen actor en el sentido de que concilia –lo ha hecho a través de sucesivos, memorables personajes– zonas disímiles de la personalidad. Cuenta con un ancho rango de tonalidades para infundir vida a sus caracterizaciones, individualizarlas. Estas tonalidades son como el adjetivo del escritor, es decir, eso que empuja la frase a su sentido más exacto, pero también más enigmático.

A Johnny Depp, ese pirata elegante, intrigante, virulento, y prodigio, debieron de darle el Oscar previamente. No es de extrañar que directores de la talla de Jim Jarmusch, Emir Kusturica, John Waters, Tim Burton, Terry Gillian, o Polanski, para citar algunos solamente, lo incluyan en sus filmes. Hoy en día, Johnny Depp es el que mejor ha sabido elegir sus roles. Eso requiere talento, además del otro, claro está: el talento de actuar.


(Columna publicada el 28 de febrero de 2004.)

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Como periodista, trabaja actualmente para los diarios locales El Siglo XXI y El Periódico, en donde desde el 2002 escribe una columna semanal (Buscando a Syd), y donde también trabajó durante varios años en la sección cultural. Asimismo mantuvo columnas permanentes de opinión de cine y literatura en los diarios El Quetzalteco y La República, y ha colaborado en diversas revistas, fanzines y publicaciones del medio.
 
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