El guión cinematográfico (I)

Mi mujer me prestó tiempo antes un libro, que no había leído, no obstante su evidente valor; no es sino hasta hace muy poco que le puse en verdad atención. El libro se llama Directing the film, su autor es Eric Sherman. Una composición rigurosa y ordenada que traduce todo el proceso de hacer una película, más que nada alrededor de la figura del director (Film director on their art, es el subtítulo del libro). Un libro viejo, pero meritorio porque es un libro sobre todo de entrevistas, entrevistas con los más grandes: De Palma, Bertolucci, Fellini, Milos Forman, Spielberg, etc.

En el libro hay toda una parte dedicada a la creación del guión, que leí. Ahora expongo mis propias ideas al respecto.

El guión es la red esencial de toda película; si esa red cae, se cae todo. En principio considero que el guión es la primera emoción que gozan los involucrados en una película. Debe ser una emoción lo bastante fuerte para durar a lo largo de todo el proceso; un grito. Pero un grito además meditado, socavado. Como en Las enseñanzas de Don Juan: “(…) el clamor, o grito de guerra, era algo que se quedaba con un hombre toda la vida: por eso tenía que ser bueno desde el principio. Y la única manera de empezarlo correctamente era retener el miedo y la prisa naturales de uno hasta hallarse lleno por entero de poder, y entonces el alarido brotaría con dirección y fuerza. Dijo que éstas eran las condiciones de seriedad necesarias para soltar el grito”.

Así pues, el guión debe guardar toda la coherencia general de la película, y el tono básico de la misma: un tono contundente y que emocione, al menos, al director. Es inevitable, claro está, que el guión en su momento y varias veces cambie, mejore (a veces empeora) y que incluso el resultado final sea totalmente el inverso al determinado previamente. Se puede antagonizar con una idea establecida. Pero es imposible antagonizar con la nada, como de hecho no se puede crear con la nada, según el verso de Persio (Ex nihilo nihil).

Por lo tanto el guión es la génesis. El cineasta deberá procurar poseer un guión infalible, blindado, un cuatro por cuatro, capaz de transitar por cualquier accidente geográfico.


(Columna publicada el 20 de septiembre de 2003.)

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Como periodista, trabaja actualmente para los diarios locales El Siglo XXI y El Periódico, en donde desde el 2002 escribe una columna semanal (Buscando a Syd), y donde también trabajó durante varios años en la sección cultural. Asimismo mantuvo columnas permanentes de opinión de cine y literatura en los diarios El Quetzalteco y La República, y ha colaborado en diversas revistas, fanzines y publicaciones del medio.
 
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