Mi novia Polly

Cáustico fracaso el del viernes por la noche. Me dirigí al más o menos nuevo cine de Miraflores, en la capital, para ir a ver Troya, que me interesaba bastante, pero las entradas se habían agotado ya. Así lo indicaba uno de los televisores destinados a informar al público sobre las proyecciones –suspendido por encima de las largas filas de personas que esperaban su turno para comprar auténticas rutilantes entradas. Estas personas no hallan nada mejor que hacer un viernes por la noche que ir al cine, y desde luego, tienen la razón. Por supuesto, pude ir a otro cine (en Pradera seguramente no había tanta gente) pero elegí ir a Miraflores porque me encantan sus butacas. No es lo más importante, pero es importante.

Como no pude ir a ver a Brad Pitt, haciendo de Aquiles, decidí ir a ver a su novia, a Jennifer Aniston, haciendo de… ¿de quién? De Polly. De mi novia Polly. Cada vez que escribo Polly, viene mi computadora y me cambia automáticamente a Pollo. Mi computadora es una obsesa de la ortografía castellana. Pero acaso no es solamente por cuestiones de ortografía que pone Pollo en lugar de Polly, sino por cuestiones de sentido común. Mi máquina es sabia, y sabe que Jennifer Aniston es un Pollo. Aquiles y el Pollo, eso. Jennifer Aniston siempre ha sido un Pollo, en Friends hizo de Pollo, y en todas sus películas hace de Pollo. Es un Pollo millonario.

Cáustico fracaso el del viernes por la noche. Yo quería ir a presenciar guerras ardientes, batallas míticas, ofensivas deslumbrantes, y me quedé con una macilenta comedia en donde hasta un comediante tan constante como Ben Stiller hace un papel rogado y aburrido. Son pocos los actores que vienen de una serie televisiva y luego hacer carrera brillante en la pantalla grande (Johnny Depp). Jennifer Aniston no es uno de ellos. Es una actriz correcta… y sólo eso.

En un texto hermoso (El látigo que Dios me dio), Truman Capote nos habla de cuando descubrió la diferencia entre escribir bien y mal. Pero luego nos habla de “otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero”. Me parece que Brad Pitt, a diferencia del Pollo, ha alcanzado momentos artísticos auténticos, pero de Brad Pitt hablaremos en la próxima entrega.


(Columna publicada el 5 de junio de 2004.)

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Como periodista, trabaja actualmente para los diarios locales El Siglo XXI y El Periódico, en donde desde el 2002 escribe una columna semanal (Buscando a Syd), y donde también trabajó durante varios años en la sección cultural. Asimismo mantuvo columnas permanentes de opinión de cine y literatura en los diarios El Quetzalteco y La República, y ha colaborado en diversas revistas, fanzines y publicaciones del medio.
 
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